miércoles, 30 de enero de 2013

LAS REDES SOCIALES Y SU CORRECTO USO

En esta entrada nos centraremos en los riesgos que surgen en la actualidad en función del uso de terminalescon internet movil. El gran miedo de padres y familiares adultos es la propagación de la utilización desorbitada de las redes sociales a edades tempranas, ya que los niños no se dan cuenta del riesgo que tiene realizar publicaciones que quedarán colgadas en la red y que dejarán de ser privadas para ser de uso y conocimiento público, para ello comenzaremos citando una serie de recomendaciones para que el uso de estas redes no de lugar a lamentaciones; Las 10 recomendaciones para el buen gusto en la red son las siguientes:
Pide permiso antes de etiquetar fotografías subidas por otras personas. Mide bien las críticas que publicas. Pregúntate qué información de otras personas expones y asegúrate de que no les importa. Facilita a los demás el respeto de tu privacidad e intimidad. Ante algo que te molesta, trata de reaccionar de manera calmada y no violenta. Evita el software malicioso y cuida tu contraseña. Presta atención a cómo te presentas y cómo te perciben las demás personas. Eres responsable de lo que haces, también en Internet. Piénsatelo bien antes de publicar algo en la Red, incluso si es en una zona privada. No creas que lo dominas todo y que tú decides siempre. Para finalizar la exposición ejemplificaremos los problemas que puede acarrear un descuido de ésta índole con un ejemplo real, y antes de nada, destacar la importancia del uso responsable de los sistemas informáticos.
 "Eduardo Casanova, conocido por interpretar a Fidel, el chaval repelente de 'Aída', se ha convertido sin quererlo en el centro de todas las comidillas. El novio del joven colgó accidentalmente en la red social Instagram una imagen de ambos en pleno acto sexual. Una fotografía en la que se les puede ver perfectamente, desnudos de rodillas sobre una cama, sin 'pixelaciones' ni tomates de por medio para tapar las partes más pudorosas. La imagen, que ya ha sido retirada, corrió como la espuma por internet y a Casanova no le quedó otra que disculparse. «Pido muy sinceras disculpas a mi familia y a todos aquellos que puedan haberse sentido molestos», escribió en Twitter. No tardó en comentarse, en algunos blogs, la dificultad de que una foto llegue tan rápidamente a las redes sociales, insinuando que el descuido podría responder a algún tipo de táctica publicitaria. Sea como sea, Eduardo Casanova solo es el último famoso que ha caído en el mismo error. Solo hay que recordar cuando Santiago Cañizares subió a Twitter varias instantáneas de su mujer en la ducha. Un descuido que, según contó el exfutbolista, no fue más que una chiquillada de sus hijos. O más recientemente, cuando a Alison Pill, actriz de la serie 'The Newsroom', se le escapó una foto en 'topless' que en realidad quería mandar por mensaje a su novio. «Mis problemas con la tecnología han alcanzado nuevas alturas», se disculpó."


En todo esto los móviles añaden dos elementos importantes, como son la globalidad (o casi) pues las redes de telefonía están cada vez más extendidas, y el que están siempre con nosotros, a diferencia de un ordenador.
Así, el móvil deja de ser una interrupción para convertirse en un elemento más de nuestro entorno y su uso se convierte en una actividad intersticial que podemos llevar a cabo en ratos libres mientras hacemos cola para comprar una entrada de cine o mientras esperamos a que llegue el autobús, por ejemplo.
El hecho de que el usar el móvil tenga un coste favorece por un lado el que las empresas estén dispuestas a invertir en el desarrollo de productos y servicios para ellos, aunque al mismo tiempo los usuarios tienen que estar a menudo pensando si algo que van a hacer compensa o no el precio que van a tener que pagar por ello, aún cuando se trate de un precio reducido.
El que los móviles sepan además donde estás en cada momento y donde están tus amigos sirve para que se conviertan en una herramienta perfecta para darte información de lo que te rodea, información que vendrá de bases de datos disponibles comercialmente o de información subida por otros usuarios, la realidad intermediada por lo social.
Todo esto, por supuesto, no está libre de limitaciones y problemas:
En primer lugar, está el interfaz de usuario, limitado por las pequeñas pantallas de los móviles, aunque dispositivos como el iPhone, aún sin ser perfecto, están cambiando las cosas.
Los sistemas propietarios impiden o dificultan el intercambio de información y el datos sin tener que introducirlos una y otra vez en distintos servicios.
Se produce una fragmentación funcional al tener demasiada información repartida por demasiados sitios y servicios distintos que no siempre se hablan.
La privacidad puede verse seriamente afectada, por toda la información sobre nosotros que hay en estos servicios, por todo lo que saben de lo que hacemos, o por cosas más mundanas como perder un móvil en el que lleves un montón de información personal ahora que son cada vez más potentes y con mayor capacidad de almacenamiento.
Se produce una entropía de amistad en la que cada vez tenemos más amigos si no gestionamos bien a quien aceptamos o no como contacto, lo que además se vuelve especialmente complicado porque nuestras mentes no mantienen una taxonomía de amigos tan clara como la que necesitarían los ordenadores para ayudarnos realmente a clasificar las cosas y el mundo que nos rodea.
Se produce una difuminación del «yo» al tener múltiples representaciones nuestras en distintos servicios y redes que podría ser solucionada en parte gracias a la tecnología cuando esta permita intercambiar datos, pero aún así es más que probable que sigamos manteniendo distintas personalidades en línea según para que usemos cada servicio.
En cualquier caso, los móviles son mucho más complicados que los ascensores, lo que sin duda nos coloca en terreno desconocido.

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